Covid-19 en los medios

 

Aunque no fue hasta marzo que fuimos conscientes de la presencia de una nueva enfermedad que había venido para quedarse, ya es posible encontrar comunicaciones de la OMS en enero de 2020 o, en febrero, las primeras noticias en nuestra prensa sobre lo que inicialmente se llamó neumonía de Wuhan, despertando por una parte una sensación de que la enfermedad estaba muy lejos y, posteriormente, cuando ya llegó a Europa con toda su infectividad, un sentimiento de rencor y odio hacia toda la población asiática. Por ello fue finalmente nombrada, bajo propuesta de la OMS; como Covid-19, acrónimo de coronavirus disease 2019. Se procuró que la denominación no contuviera nombres de personas o referencias a ningún lugar, especie animal, tipo de comida, industria, cultura o grupo de personas, en línea con las recomendaciones internacionales, para evitar que hubiera estigmatización contra algún colectivo.

No sé si es posible encontrar alguna otra noticia con más presencia mediática que la que ha generado este virus / enfermedad. De hecho, en una búsqueda sencilla en Google, incluyendo sólo las palabras "coronavirus" y "España" y seleccionando el apartado "noticias" es posible encontrar en menos de un segundo 183 millones de entradas (que posiblemente sean muchas más antes de que acabe de escribir este texto).

Informar sobre Covid-19 tiene que haber sido y es un desafío para los y las periodistas, que han de buscar el equilibrio entre ofrecer información actualizada y a la vez veraz, sin generar más miedo ni desconfianza en su público, cuidar el lenguaje para que la información no pueda ser malinterpretada (la comunicación en ciencias de la salud es especialmente sensible),... El ritmo frenético de nuevos datos continuos sobre contagios, fallecimientos y, en breve, número de vacunaciones (y, probablemente, desarrollo de efectos secundarios), la proliferación de los bulos y fake news sobre todos y cada uno de los aspectos involucrados en esta enfermedad (test de diagnóstico, medidas de prevención, vacunas...), además de las posturas contrapuestas sobre la buena o mala gestión de las instituciones oficiales dificulta aún más el desarrollo de una tarea responsable cuando además, está marcada, históricamente, por el ritmo frenético en las redacciones y el ansia de ser los primeros (o los que sumen más clics, likes, retuits...).

Resulta increíble que haya sido necesario que First Draft tuviera que publicar orientaciones o pautas para ofrecer una información responsable sobre Covid-19, recomendaciones que también se publicaron desde la Asociación Española de Comunicación Científica. Pautas que, por cierto, si los ciudadanos y ciudadanas de a pie conociéramos igual nos pensábamos dos veces antes de dar a reenviar a muchos de los mensajes que nos llegan por WhatsApp o de retuitear mensajes con información más sensacionalista que otra cosas (y, además, muchas veces, incierta).

Personalmente, he echado mucho en falta que se trabajase más en la última de las propuestas de First Draft. La saturación de números de contagios y fallecidos ha conllevado la deshumanización de la pandemia, no somos consciente de que detrás de esos números hay personas que han fallecido y sus familias; no somos capaces de dimensionar (y, lo peor, ni nos lo planteamos) ese dolor. Números que aparecen continuamente en todos los medios y redes sociales. Sin embargo, creo, existen muchos vacíos de información donde los datos relevantes disponibles son limitados o inexistentes. Me hubiese gustado que los medios de comunicación ofrecieran información de calidad para rellenar esos vacíos. Más periodismo científico, más explicaciones y aclaraciones con información contrastada por distintos expertos explicando los aspectos que han dado pie a que tanta desinformación planease a sus anchas hasta hacer diana en quienes no tienen la formación ni información necesaria para cuestionar a famosos cantantes, supuestos médicos e investigadores, e incluso a las propias instituciones. Menos números, menos copy-paste al periodista de al lado o incluso a las webs institucionales y más información original. También me parece importante recordar que el mundo sigue girando y, afortunadamente, no todo tiene que ver con Covid-19.

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